NUESTRO EDITORIAL // TODO A SU TIEMPO.
EL RADAR.COM,Razón de sobra le asiste a Servio Tulio
Castaños, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia
(FINJUS) cuando advierte que es preciso actuar con cuidado cuando, en relación
con el escandaloso caso de la Odebretch, se emiten juicio sobre situaciones que
aún se encuentran en fase de investigación.
Y hace especial mención al caso del Presidente Danilo Medina.
La de Castaños es una voz y una opinión
de factura independiente.
Lo ha
demostrado en todo momento en sus funciones como la figura visible de la
FINJUS. Nunca el gobierno ha escapado a
su visión crÃtica en cada ocasión en que entendido válido y necesario hacerlo.
Tampoco la oposición ni ningún otro sector de
la vida nacional. De ahà que sus posiciones
tengan tanto peso y sello de credibilidad.
Es lógico que la oposición busque todos
los flancos débiles y puntos vulnerables del gobierno y trate de
explotarlos.
Es su papel, tanto desde el
punto de vista de la gobernabilidad como polÃtico.
En el debilitamiento del mismo y el partido
oficial se cifran sus posibilidades de llegar al poder.
Pero en ese desempeño tiene que manejarse
con prudencia y responsabilidad. Tan
malo le resulta ir de prisa como quedarse rezagado.
Pecar por exceso que por timidez. Y cuando legisladores de la oposición
plantean someter a juicio polÃtico al Presidente de la República por el caso de Odebretch se les está yendo la
mano.
Odebretch continúa en fase de
investigación. No solo aquÃ, sino en Brasil que es donde se está llevando a
cabo en profundidad con el revelador testimonio de 77 ex ejecutivos de la
Odebretch que han negociado su participación y condenas más leves a cambio de
facilitar detalles de la gigantesca estructura internacional de soborno montada
por la empresa.
Y esos mismos fiscales
son los que para no contaminar la investigación que aún está en proceso y
aportando nuevos detalles, decidieron no dar nombres de los implicados en el
soborno en los distintos paÃses hasta el mes de junio, que en el caso nuestro,
por excepción, se acordó serÃa un mes
antes, o sea, en mayo.
Es claro que las prerrogativas que acompañan la condición de Primer
Magistrado, no lo liberan de la responsabilidad de acudir a los tribunales
cuando sea requerido, ya como testigo, mucho menos como acusado. Danilo Medina no es la excepción.
Pero Danilo Medina no ha sido acusado ni
reclamado como testigo en el caso de la Odebretch. De ahà que en tanto no lo sea, ni tiene que
presentarse ante los tribunales ni nadie puede reclamarle que lo haga.
Tampoco tiene que hacerlo ante el Congreso. Menos aún ser sometido a un juicio
polÃtico de destitución, sin que pese el menor cargo en su contra.
¿En base a qué se sustentarÃa un juicio
de esa naturaleza? ¿Qué prueba pudieran presentar los que promuevan el
mismo? Como bien advierte Servio Tulio
Castaños eso serÃa pretender crear una crisis polÃtica sin la menor
justificación.
No serÃa dañar al gobierno
ni al partido oficial. SerÃa dañar al
paÃs.
Al igual que antes hiciera Hipólito MejÃa
en su reciente comparecencia pública, Danilo Medina fue categórico al defender
su honra y declarar de manera enfática que reta a quien tenga una sola
evidencia que cuestione su honestidad a que la presente al tiempo de pedir que
esperemos a que los fiscales brasileños cumplan el compromiso de dar a la luz
pública los nombres de todos los que hayan recibido sobornos de la Odebrecht.
Ahà es cuando se sabrá la verdad. Y si
en ese momento preciso surgiera alguna razón suficiente, la menor sospecha, el
más mÃnimo indicio en su contra, será entonces que procederá reclamar al
mandatario que se someta al imperio de la justicia como cualquier otro
ciudadano común y corriente y la oposición congresual pudiera disponer de los
elementos requeridos para reclamar una interpelación o un juicio polÃtico.
Pero
solo entonces. Ahora es tan prematuro
como improcedente.MR
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