La realidad de las empleadas del hogar: "Somos las esclavas de este siglo".
Fuente: levante_emv."Soy cuidadora, enfermera, peluquera. Limpio, cocino, hago la compra, plancho, hasta pongo enemas. La entrega es total, no hay descanso. A veces no recibes ni un gracias. Los abusos son habituales". MarÃa Cristina —nombre ficticio— se expresa con contundencia en uno de los pocos descansos que le permite su frenética rutina. Es mujer, migrante y trabajadora del servicio doméstico en casa de un matrimonio de ancianos. Es educada y empática, pero las coyunturas de su actividad no han conseguido volverla sumisa. En Venezuela, su paÃs natal, ejercÃa como auxiliar de enfermerÃa. En A Coruña, donde reside desde hace años, se desempeña como todo lo anterior. Ni en su contrato, ni en su nómina, ni en su cotización, consta asÃ. "No tenemos derecho ni a enfermar. Si coges una baja, se enfadan. Fui a trabajar con principio de bronquitis porque no pueden estar sin mÃ. Y aun asÃ, estamos mal pagadas y mal tratadas", denuncia.
No hay comentarios