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Lo más sobresaliente del boxeo cubano profesional en 2023 FOTOS.


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Fuente: radiotelevisionmarti.

El boxeo cubano profesional se mantuvo bien activo en los titulares de las noticias. Peleas en decenas de plazas, nuevos campeones, ausencias en el cuadrilátero y jóvenes atletas escapándose del régimen totalitario que impera la isla, fueron tópicos de conversación durante todo el 2023. El súper medio Osleys Iglesias y el súper gallo Guillermo Rigondeaux solamente pelearon en una ocasión este año. Sin embargo, hay seis historias que sobresalieron por el significado que llevaban o por la historia del atleta. He aquí los protagonistas del año: El welterweight santiaguero aparenta estar en el ocaso de su carrera. Su derrota frente a Mario Barrios, única pelea en el año después de una ausencia de 17 meses, confirma que no es el mismo boxeador que retiró a Manny Pacquiao y luego más tarde perdiera su título ante Errol Spence Jr. La razón de que el peso ligero matancero se encuentre en esta lista es por la manera que hiciera su debut. Después de haber abandonado la isla a los 28 años de edad y con solo una experiencia amateur, que culminó con la medalla de oro olímpica, su primera pelea fue frente a un boxeador que había estado clasificado mundialmente y el resultado fue una victoria por decisión unánime en 10 asaltos. El peso completo terminó el 2023 con tres victorias, todas por la vía rápida, manteniendo su marca de invicto intacta. Ahora cuenta con 24 triunfos de los cuales 17 son nocauts y otra pelea que finalizó sin resultado. El futuro luce prometedor y esperemos que su promotor, El Canelo Álvarez, no lo estanque en Las Vegas. Con cuatro victorias en este año, el súper welter residente en Texas se perfila como la revelación de los jóvenes cubanos. Invicto en siete encuentros, seis de ellos por la vía del cloroformo, demuestran su gran punch en ambas manos. En su último combate liquidó a su compatriota Liván Navarro de manera tan brutal, que el golpe lo están considerando para el “Nocaut del Año”. A los 25 años de edad es sin duda alguna una de las estrellas de la división Súper Medio, siendo campeón de uno de los organismos. Con nueve nocauts en su haberm el villaclareño está invicto en 10 encuentros. Ha defendido su cinturón en seis ocasiones, dos en este año, y en ninguna ha llegado al final. Su nombre ya se menciona como rival de David Benavidez y El Canelo Álvarez. Su futuro es inmenso. El Tren es sin discusión el boxeador cubano profesional con mas seguidores dentro y fuera de Cuba; tanto por su gran talento en el cuadrilátero como su postura frente a la tiranía castrista. El año 2023 comenzó por la puerta ancha cuando obtuvo la faja de los pesos plumas en una victoria frente a Isaac Dogboe. Continuó reteniendo su corona en Japón cuando venció al nipón Satoshi Shimizu y concluyó con una inesperada derrota a manos del mexicano Rafael Espinoza en lo que está considerada una de las mejores peleas del año. El 2024 ya llega y estamos a la espera de otro año de mucha actividad y buenos resultados. Fracasos competitivos y fugas masivas de atletas marcaron el deporte cubano en el 2023, posiblemente . La pandemia del Covid-19 alteró los calendarios competitivos desde el 2020 y por primera vez coincidieron en un mismo año los Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en San Salvador, y los Panamericanos, con sede en Santiago de Chile. Estos dos eventos multidisciplinarios han sido escenarios en los cuales han brillado los atletas de la Mayor de Las Antillas, incluso antes del triunfo en 1959 de la revolución castrista, que destinó incontables recursos al deporte como arma de propaganda política. Los Centrocaribes, que debían haberse celebrado en el 2022, tuvieron lugar este año en la capital salvadoreña, donde la delegación cubana quedó en tercer lugar por países, con 194 medallas, su peor cosecha desde la edición de Santo Domingo 1974, cuando los atletas de la isla lograron 191 preseas. En los Panamericanos de la capital chilena, el fracaso fue más estruendoso. Cuba, históricamente la segunda potencia deportiva del continente, detrás de Estados Unidos, cayó hasta el quinto escalón de la tabla de medallas, con 69 preseas 30 de oro, 22 de playa y 17 de bronce. Esta fue la peor actuación de Cuba en Juegos Panamericanos desde la versión de Winninpeg´1967, cuando, con 47 medallas 7-16-24 quedó en sexto puesto de la tabla por países. Además, 13 deportistas aprovecharon la estancia en la capital chilena para abandonar la delegación y encima de eso, los directivos atléticos de la isla tuvieron que soportar la humillación de ver al cubano Santiago Ford competir por el país anfitrión y ganar la medalla de oro en el decatlón. Este número de “desertores”, como los llama el régimen de La Habana, es el mayor en un evento multideportivo, desde los Centroamericanos y del Caribe en Ponce´1993, cuando más de 40 miembros de la delegación, entre atletas, entrenadores y periodistas, aprovecharon la oportunidad y no regresaron a Cuba. Y es que cada vez son más los cubanos que deciden cortar lazos con la maquinaria deportiva oficial del régimen y labrarse un camino por sí mismos, allende los mares. Entre los mejores ejemplos está Melissa Vargas, nacionalizada turca, quien fue seleccionada como la mejor jugadora de voleibol en el mundo en el 2023. O los aún pocos peloteros que brillan en las Grandes Ligas y los más de 170 que se abren paso en el sistema de las Menores, tras huir de la isla por diferentes vías. Este 2023 fue particularmente grande la cifra de atletas que salieron del país o abandonaron delegaciones en el extranjero. Al menos 106 deportistas, 62 hombres y 44 mujeres, dejaron Cuba en el transcurso del año, de los cuales, 79 abandonaron delegaciones o rompieron contratos gestionados por el INDER. De esos 106, 41 son jugadores de béisbol, mientras que 12 hockeístas y diez balonmanistas siguieron el camino de los peloteros. Lo que llama la atención, en el caso de los beisbolistas, es que cada vez son más jóvenes quienes deciden emprender, muchas veces acompañados por sus padres, el camino hacia las Grandes Ligas, como es el caso de Jonathan Valle, de apenas 15 años. La fuga más notable la protagonizó el derecho Yariel Rodríguez, quien fue la principal figura del pitcheo cubano en el pasado Clásico Mundial de Béisbol WBC. Rodríguez decidió romper el contrato que tenía con los Dragones de Chunichi, gestionado por la Federación Cubana de Béisbol FCB, y cuando debía viajar a Japón, voló hasta la República Dominicana para buscar un pacto en Estados Unidos, donde ya fue declarado agente libre. Es precisamente Quisqueya el destino preferido de los peloteros que aspiran a llegar a MLB. Al salir de Cuba se asientan allá, donde existen las condiciones idóneas para exponerse ante los cazatalentos de las Mayores. Además de los 41 peloteros, 12 hockeístas y diez balonmanistas, escaparon de Cuba practicantes de otras 17 disciplinas deportivas. Nueve judocas, seis remeros, siete futbolistas, cuatro karatecas, tres luchadores e igual cifra de atletas de campo y pista, y dos voleibolistas se sumaron a los abandonos. La lista se completa con un representante de estos deportes: boxeo, pelota vasca, gimnasia, tenis de mesa, tiro, natación, baloncesto y levantamiento de pesas. Atrás quedaron los tiempos en que Cuba era una potencia deportiva a nivel mundial. De eso hoy sólo quedan la sombra y el recuerdo. El cubano Frank Sánchez no desaprovechó la invitación al mayor escenario que ha tenido hasta ahora en su carrera y con una demostración de poder, noqueó en el séptimo asalto al neozelandés Junior Fa, en la cartelera titulada "El Día del Juicio Final". Sánchez, invicto en 24 salidas, abrió el programa que reunió en Riad, la capital de Arabia Saudita, a varios de los mejores pesos completos y semipesados de la actualidad. Los primeros rounds no tuvieron mucha acción, pues Fa, en su primera pelea en 14 meses, eludía los golpes del cubano y prácticamente no presentaba combate. Pero cuando expiraba el sexto, el guantanamero, apodado The Cuban Flash, sacó a relucir toda su potencia y envió a la lona por primera vez al neozelandés. Fa nunca logró recuperarse y en el séptimo, Sánchez volvió a la carga y con sus mejores combinaciones lo mandó al suelo dos veces más, hasta que el árbitro paró el combate, luego de 2:42 minutos de acción. Para Sánchez, fue su decimoctavo nocaut en 24 combates, sin la sombra de un revés, con lo que envió un contundente mensaje a los mejores de su división, para que lo tengan en cuenta en próximas ocasiones. Para el neozelandés 22-3, esta derrota podría enviarlo al retiro. No peleaba desde el 23 de octubre del 2022 e intentaba reconstruir su carrera, pero chocó contra el muro que representó el cubano. En el combate principal de la cartelera celebrada en el Kingdom Arena de Riad, el ex campeón unificado de peso pesado noqueó a Otto Wallin 26-2, 14 KOs, mientras que en la pelea coestelar, Joseph Parker 34-3, 23 KOs se impuso por decisión unánime a Deontay Wilder 43-3-1, 42 KOs. En la única pelea de campeonato en el Día del Juicio Final, el ruso Dimitry Bivol defendió su cinturón del peso semicompleto de la Asociación Mundial de Boxeo AMB, al batir al Lyndon Arthur por el voto unánime de los jueces. Para Bivol fue su decimotercera defensa exitosa de su título y su triunfo 22 en igual número de combates profesionales. El comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, insiste en acelerar el ritmo de juego, tras las exitosas modificaciones a las reglas introducidas en la temporada del 2023. Mientras que en el 2022, los partidos de nueve innings duraron como promedio tres horas y seis minutos, en el 2023 la media para completar nueve episodios fue de 2:39. Ahora, el Comité de Competencia de MLB, compuesto por seis dueños de equipos, cuatro peloteros y un árbitro, anuncia nuevas medidas para la campaña del 2024, con el objetivo de agilizar aún más los partidos. Tiempo entre lanzamientos: Reducir el tiempo de 20 segundos a 18 con corredores en base. Con las bases limpias, se mantiene el reloj de 15 segundos. Los lanzadores conservan la capacidad de detener y reiniciar el reloj hasta dos veces sin recibir penalización. Cambios de lanzadores: Si un nuevo pitcher ingresa desde el bullpen a la zona de seguridad en los jardines con menos de dos minutos restantes en el reloj de descanso de la entrada, el cronómetro se restablecerá a 2:00, en lugar de 2:15, cómo fue en 2023. Un cambio de lanzador promedió dos minutos y 35 segundos en 2023. Las transmisiones televisivas solo tienen garantizados dos minutos de pausa comercial. Visitas al montículo: Las conferencias en la lomita se reducirán de cinco a cuatro por juego, aunque se concederá una visita adicional para la novena entrada, si al equipo a la defensiva ya no le queda ninguna al final del octavo inning. Los equipos promediaron en el 2023 solamente 2.3 visitas al montículo por juego. Reinicio del reloj: El cronómetro será reiniciado después de una bola muerta por ejemplo, un foul cuando el lanzador tenga la bola y el juego esté listo para reanudarse. Ya no será necesario que el lanzador esté en el montículo, lo que eliminará la capacidad del lanzador de retrasar el inicio del cronómetro caminando alrededor del borde del montículo. El lanzador que calienta debe enfrentar al menos a un bateador: Un lanzador que es enviado a calentar al montículo para una entrada debe enfrentar al menos a un bateador, aunque en el inning anterior ya haya cumplido con la regla del mínimo de tres bateadores. Ampliación del carril de home a primera: El carril del corredor se ampliará, para incluir el área de tierra entre la línea de foul y el césped del cuadro interior. Ampliar el carril permitirá a los bateadores/corredores tomar un camino más directo hacia la primera base, manteniendo la protección contra la interferencia. La distancia entre la línea de foul y la grama del cuadro será de entre 18 y 24 pulgadas en todos los parques, con algunos períodos de gracia limitados otorgados por MLB debido a la dificultad para modificar el campo en terrenos con grama sintética. El lanzador japonés Yoshinobu Yamamoto se unirá a su compatriota Shohei Ohtani en los Dodgers de Los Angeles, tras firmar un acuerdo por 12 temporadas y 325 millones de dólares. La cifra representa un récord como el contrato más alto para un agente libre internacional, que nunca ha lanzado una pelota en las Grandes Ligas. De esta manera, los Dodgers han comprometido 1,025 millones de dólares en los dos jugadores nipones. Si a eso se le suma la extensión contractual que el equipo le dio a Tyler Glasnow por cinco temporadas y 136.5 millones, son 1,161 millones y medio destinados a tres peloteros. De Yamamoto se dicen maravillas y algunos aseguran que es el serpentinero más grandioso en la historia del béisbol profesional japonés. Viene de ganar de manera seguida el premio de Jugador Más Valioso en las últimas tres temporadas, además del Sawamura, el equivalente japonés del Cy Young. El derecho de 25 años combina una recta de 99 millas por hora, con una splitter de violentísimo rompimiento y una curva que baja a una altura de cinco y medio pies. Y todo ello, sin un físico que impresione, pues apenas mide cinco pies y diez pulgadas y pesa 176 libras. En siete temporadas en el béisbol profesional de su país, todas con el equipo Búfalos de Orix, tiene 75 victorias y apenas 30 derrotas, con efectividad de 1.72 en 967.2 innings, en los que ha propinado 986 ponches. Sin embargo, la apuesta de 325 millones por alguien que no ha lanzado en MLB es más arriesgada que la que hicieron los Dodgers por Ohtani. No será Yamamoto ni el primero, ni el último serpentinero que llega de Japón precedido de una gran fama. Y casi todos, salvo poquísimas excepciones, han pasado con más penas que glorias por el máximo nivel del béisbol. De hecho, lo que más ha venido desde la Tierra del Sol Naciente han sido lanzadores, algunos incluso envueltos en una aureola de misterio por poseer supuestos lanzamientos quasi mágicos, prácticamente imposibles de batear. Daisuke Matsuzaka y su famoso “gyroball” tuvo buenas sus dos primeras campañas con los Medias Rojas de Boston y luego se perdió en el olvido de la mediocridad. Hideki Irabu, apodado el Roger Clemens japonés, iba a ser firmado por los Padres de San Diego y él mismo dijo que un pitcher de su nivel sólo podría jugar con los Yankees de Nueva York. Le fue tan mal, que terminó suicidándose a causa de la depresión. Yamamoto será el pitcher japonés número 50 en jugar en MLB. De sus compatriotas que lo precedieron, sólo tres lograron permanecer diez o más temporadas en el mejor béisbol del mundo: Hideo Nomo, Tomo Ohka y Yu Darvish. Nomo irrumpió, también con los Dodgers, con la fuerza de un huracán de categoría 5, al ganar el Novato del Año en 1995, pero luego tuvo una carrera de altibajos que lo llevó a pasar por varios equipos, como los Rockies de Colorado, los Medias Rojas, los Cerveceros de Milwaukee, los Rays de Tampa Bay, los Mets de Nueva York y los Reales de Kansas City en 12 años. Ohka fue un pitcher del montón, que a duras penas logró sobrevivir diez años con cinco equipos diferentes, entre 1999 y 2009. Y Darvish, aún activo, ha sido el mejor de todos, con cinco apariciones en Juegos de Estrellas desde su debut con los Rangers de Texas en 2012. Actualmente está firmado por los Padres hasta el 2028, con un contrato de 108 millones de dólares. De los demás, algunos como Masahiro Tanaka e Hisashi Iwakuma, han tenido carreras positivas, aunque cortas, mientras que la gran mayoría de ese medio centenar no ha resistido los rigores de las Grandes Ligas y han regresado a Japón por la puerta de atrás y los brazos destrozados. Con esos antecedentes, es difícil garantizar que Yamamoto será distinto y no correrá la misma suerte que la mayoría de sus compatriotas. Las exigencias de la competencia, el nivel superior de bateadores de MLB, los viajes largos y constantes, y el extenso calendario de 162, más dos meses previos de entrenamientos primaverales y cuatro semanas de postemporada no las resiste cualquiera. Si bien la liga japonesa es la segunda mejor del mundo, la diferencia con MLB es abismal.

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