RD insta al cambio del círculo vicioso, por el virtuoso
Santo Domingo-RD-17-06-2023 ,.Muchos aspectos de la vida nacional, en República Dominicana, exhiben cambios importantes, en pro de una mejor sociedad. Cualquiera que quiera negarlo tiene todo el derecho de hacerlo, pero no con razón.
Hemos cambiado, en relación a la sociedad fundamentalmente rural que habíamos sido hasta principios de los años 80.
La libertad social, política y moral de la patria, ganada a sangre y fuego, y el derrocamiento de la dictadura, cercenada el 30 de mayo de 1961, es el premio más importante obtenido por el pueblo dominicano en el último siglo.
¡Alabado sea el Héroe de la Libertad y los que, junto a ellos, antes, durante y después, no desistieron en la lucha contra la opresión y por la dignidad del pueblo dominicano!
Ha llegado el momento de preguntarnos ¿cómo honrar tanto sacrificio, tanta entrega, tanto coraje, tanto compromiso?...
Me permitiré citar sólo algunos de los problemas sociales que debemos trabajar, para contribuir al merecido reconocimiento que merecen los hombres y mujeres indomables de todos los tiempos, que han construido un país grande y libre.
Salud, educación, alimentación, servicios básicos (agua, electricidad), comunicación (obras del sector privado), vivienda, protección del medio ambiente y los recursos naturales, transparencia, seguridad social, empleo, seguridad ciudadana y justicia, entre otros.
Si observamos este mapa social, notaremos que sus elementos coinciden con la mayoría de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) trazados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para lograr la reducción de los índices de pobreza predominantes y promover el desarrollo socioeconómico. de las naciones de la región.
Es un círculo vicioso: décadas tras décadas, son los mismos problemas sociales y económicos; algunos moderadamente reducidos; y otras, evidentemente, prolongadas, sin que aparentemente emergiera una luz en el túnel de incertidumbres y desesperanzas.
Por el contrario, estos temas de responsabilidad política, social y económica y de competencia público-privada son cada vez menos manejables.
La pérdida de valores, la ruptura de la familia, la falta de solidaridad, respeto, empatía, consideración, admiración y aprecio de las personas hacia las personas; la violencia, la agresión, el narcotráfico, constituyen un gran plato de condimento en la prolongación y aumento de los principales males que arrastra la sociedad.
Vayamos a la escuela y veamos las escalofriantes estadísticas, muy pocas veces, tendrán la verdadera dimensión de la realidad.
El propio Ministerio de Educación presentó un informe el pasado mes de mayo que afirma que durante los últimos ocho meses se registraron más de 20.000 conflictos violentos entre estudiantes.
Ese documento, elaborado por la Dirección de Orientación y Psicología de esa cartera, señala además que también hubo 1.724 enfrentamientos entre estudiantes y docentes desde septiembre de 2022 hasta abril pasado de este año 2023.
Hay que precisar que estos datos solo cubren las escuelas públicas y que, por supuesto, no registran acciones de agresión, acoso y violaciones sexuales (que también ocurren), ni incluye el comportamiento de estudiantes y profesores en escuelas e institutos privados. . . . país
Y no hablemos de familias, ni de hogares, ni de clubes deportivos y culturales, ni de otros lugares, que, como las iglesias, fueron refugios de orientación, amor, comprensión, crecimiento, enseñanza y aprendizaje.
Todo está impregnado de violencia, agresión, falta de respeto, armas, drogas, inmoralidad, descaro y desvergüenza. Si el planteamiento fuera eminentemente religioso, sin duda habría que decir: "¡Satanás anda suelto!", pero ese no es el análisis.
Lo que hacemos ahora y siempre haremos es social, político, legal, económico, institucional y moral. Nada que la mano humana y la decisión no puedan controlar.
Nadie duda de la buena voluntad, sinceridad y disposición del Presidente de la República, Luis Abinader Corona, cuando en más de una ocasión ha propuesto a la sociedad que cambiemos “el círculo vicioso, por un “círculo virtuoso”.
Todos tenemos que pensar qué hacer y cómo hacerlo para reducir las desgracias y cerrar el círculo, porque ha pasado mucho tiempo.
¡Está prohibido declararse incompetente para enfrentar esos males!
No hay comentarios