ARTICULO DE OPINIÓN // El Sermón de Montesinos. Primer aporte a los Derechos Humanos en América // POR ALFREDO CRUZ POLANCO
EL RADAR.COM.-El pasado 21 de
diciembre se conmemoró el 507 aniversario de aquel histórico, memorable,
impactante, estremecedor y conmovedor sermón pronunciado por fray Antonio de
Montesinos en 1511 en la iglesia de los Dominicos, frente a las autoridades
coloniales residentes en la isla “La Española”, conocido como “El Sermón de
Adviento”.
Se le conoce así porque
coincidió con la celebración del cuarto domingo de adviento o tiempo de preparación de la venida del Mesías,
de la navidad, que conmemora la Iglesia Católica
Fue la primera manifestación
de protesta, defensa, reclamación, denuncia y recriminación en América contra las
autoridades, encomenderos y colonizadores españoles, ya que en él se sintetiza la
opresión, injusticias, crueldades, explotación, el castigo inmisericorde, los
atropellos y abusos a que estos, en su afán desmedidos de extraer el oro, sin ningún derecho ni justicia, sometieron a nuestros
aborígenes a arduas e inhumanas labores, sin que se les suministraran alimentos
ni curados cuando enfermaban, tratándolos peor que a los animales.
Para ese día fueron
convocadas las principales autoridades coloniales, entre ellas el almirante
Diego Colón, hijo de Cristóbal Colón. También estaba presente Bartolomé de Las
Casas, en su calidad de encomendero (persona que se apropiaba de los indígenas
como si fueran objetos).
Dicho sermón fue redactado por el
superior de la primera comunidad de la Orden de los Dominicos en “La Española”,
fray Pedro de Córdoba y firmado por todos los miembros de dicha orden. Se
instruyó a fray Antón de Montesinos para su predicación, dadas sus condiciones
de gran orador y de poseer una potente voz, capaz de estremecer los
sentimientos de todos los presentes en el templo religioso.
Ese Sermón causó
tanta preocupación, indignación y enfado entre las autoridades y encomenderos
presentes que Diego Colón, con fuertes amenazas, le exigió al superior de los
dominicos, fray Pedro de Córdoba que le informara a Montesinos que debía
retractarse el próximo domingo de todo lo que había expresado el domingo de
adviento. Éste le manifestó que lo expresado por Montesinos no era un asunto individual,
sino, el consenso de toda la orden religiosa, basado en los testimonios y observaciones
de los atropellos y maltratos a los indígenas por los colonizadores españoles.
Si el Sermón de
Adviento causó un gran revuelo entre las autoridades españolas, el pronunciado el
domingo 28 de diciembre, “Día de los Santos Inocentes”, le puso “la tapa al
pomo”, pues en presencia de todas las autoridades, fray Antón de Montesinos
volvió a tronar con un tono de voz mucho más fuerte, valiente, decidido y
desafiante, pues amplió las denuncias de los maltratos y abusos contra los
indígenas, esta vez con nombres y apellidos.
Las Casas, convencido de que las encomiendas
(repartición de indígenas) eran un abuso y un acto de explotación, renunció a
su condición de encomendero, convirtiéndose en defensor de los derechos de los
indios.
Los ecos de aquellos
sermones resonaron muy pronto por toda España pues Diego Colón y los
encomenderos se quejaron ante el rey Fernando el Católico de la conducta
asumida por los dominicos, quien de inmediato se vio en la necesidad de
estudiar con profundidad sus denuncias, las cuales habían conmovido a toda
América y a Europa.
El rey Fernando estableció
en Burgos una Junta de Juristas y Teólogos, para que examinara las quejas
originadas en “La Española” y tratara de elaborar leyes, que contribuyeran con
la convivencia, la paz, el respeto y la solución de dichas dificultades. Se
aprobó un conjunto de normas que constituyen el primer cuerpo legislativo sobre
la colonización de los países americanos. Fueron promulgadas el 27 de diciembre
de 1512.
Estos sermones no
cayeron en sacos rotos, pues marcaron el inicio del cristianismo liberador, del
reconocimiento de la dignidad de los indios, del respeto a la diversidad cultural
y religiosa en América, lo que dio origen a la “Teología de la Liberación”.
La República
Dominicana debe promover estas y otras primicias religiosas, históricas y
culturales, ya que fueron el primer aporte a los Derechos Humanos en América.
Alfredo Cruz Polanco (alfreocruzpolanco@gmail.com
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