Articulo de Opinión // Una "Revolución educativa" no se decreta // Por Andrés L. Mateo

Una "Revolución educativa" no se decreta, y es un proceso que se lleva largos años de maduración y constancia. Por eso, el peor daño que se le puede hacer a la educación dominicana es seguir proclamando que ya hemos hecho una "Revolución educativa". 

En la educación dominicana soplan Buenos vientos, producto de la lucha denodada de la sociedad, pero ni siquiera hemos comenzado a levantar de su estado de postración al sistema. La educación se mide por resultados, y los resultados de nuestro sistema están a la vista.

Un ministro que se respete debería impulsar esos buenos vientos en un sentido positivo, y no convertirlo en un aspaviento politico instrumental, para ser usado como propaganda demagógica. 

No vivimos ninguna "Revolución educativa", el sistema educativo dominicano tiene un lastre tan grande que deberán pasar muchos años antes de notar un cambio significativo. 

La construcción de planteles, por sí sola, no cambian el sistema; y lo que garantiza a largo plazo que éste cambio sea posible es comprender que en lo que respecta a la educación, nada se improvisa.

Lo que sí es seguro es que por el camino de proclamar que ya hicimos la "Revolución educativa", y el despilfarro del presupuesto para hacer creer que es así, no llegaremos nunca a las metas deseadas. 

Si el Ministro justifica el gasto de 18.5 millones de pesos con el argumento de que sirven para conocer la dimension de la "Revolución educativa" que, según él, ya realizamos; únicamente revela dos cosas: 1ro. su incompetencia para el cargo, puesto que eso es no conocer el estado del sistema educativo dominicano. Y, 2do. 

Su indolencia suprema y la vanalidad de su gestión, al no priorizar el gasto en los factores que verdaderamente podrían contribuir al inicio de un cambio en la educación, como es el deseo del país.