Monseñor Arnáiz: Un Líder de Paz <<
por NELSON ESPINAL BÁEZ <<
Presidente Fundación Los Seres Sol <<<
Era martes en la mañana, aún lo recuerdo, cuando visitamos a Monseñor Francisco José Arnáiz en el Arzobispado de Santo Domingo para presentarle lo que es hoy la Fundación Los Seres Sol, Inc., para que formara parte de nuestro Consejo Consultivo.
Presidente Fundación Los Seres Sol <<<
Era martes en la mañana, aún lo recuerdo, cuando visitamos a Monseñor Francisco José Arnáiz en el Arzobispado de Santo Domingo para presentarle lo que es hoy la Fundación Los Seres Sol, Inc., para que formara parte de nuestro Consejo Consultivo.
"Vamos a formar Líderes de Paz en los barrios pobres de la República Dominicana… personas que crean en sí mismas, que despierten el liderazgo responsable, de servicio, de acción y movilización pacífica para solucionar sus problemas comunes. Queremos formar jóvenes que aprendan a trabajar en equipo y asuman proyectos colectivos… en fin Monseñor sabemos que el liderazgo no se enseña, pero se aprende, escuche nuestra visión: ser un Camino de Transformación Social, a partir de la Transformación Personal".
Su respuesta no se hizo esperar, "esto es un antídoto contra el clientelismo. Esto es lo que hace falta en el país, formar hombres y mujeres que brillen con luz propia. Que crean en sí mismos, que dialoguen y se movilicen pacíficamente pero con firmeza, que trabajen juntos para solucionar los problemas de su comunidad…".
Desde entonces, fue el padrino de los miles y miles de Líderes de Paz de nuestros barrios marginados. Nos abrió puertas, nos construyó puentes, nos dio retroalimentación. Sus consejos siempre fueron oportunos, pertinentes. Incluso manejamos juntos mediaciones complejas donde personajes de poder de nuestra vida nacional bebieron de su gran capacidad de construir soluciones.
Almorzábamos con frecuencia en el Vesubio del Malecón o de la Tiradentes, pues allí se sentía en su casa. Allí discutíamos de nuestros trabajos, de nuestros proyectos sociales. Siempre terminábamos hablando de política, del país o de Bilbao. Escucharlo era un bálsamo de sabiduría.
Hoy no está físicamente con nosotros.
Hoy, cuando en forma de parábola se escribe de liderazgo y poder, afirmo en memoria de nuestro querido Monseñor Arnáiz que su liderazgo fue primero una actitud, un acto de responsabilidad. Lideró con el ejemplo, educó con su liderazgo. Se atrevió a cambiar lo que estuvo mal, lo que no funcionaba. Como verdadero líder produjo cambios virtuosos, no vicios. Y su verdadera grandeza consistió no solo en tener poder sino en usarlo sabiamente.
Así logró desarrollar la capacidad en mucha gente para encarar los retos y problemas sociales, económicos y políticos que requieren de acciones conjuntas y urgentes. Como auténtico líder sabía que el conocimiento solo es útil cuando tiene una función social.
Tal vez la crisis de nuestro tiempo se resume en una sola palabra, crisis de liderazgo. La despedida a Monseñor Arnáiz sólo aumenta esta crisis. El liderazgo existe cuando la gente deja de ser víctima de las circunstancias y comienza a participar en su creación, es capturar una situación que luce imposible y esforzarse por convertirla en una experiencia trascendental, desatando su grandeza latente.
Él, como verdadero líder, hizo lo que debía hacer, en lugar de buscar razones para demostrar que no se podían hacer. Fue paciente pero activo, se reconoció como causa, para provocar los acontecimientos, para alcanzar los ideales… un idealista que puso su corazón al servicio de una causa. Creyó que lo esencial puede ser alcanzado.
No conoció la palabra imposible, y siempre pensó en el bien de la Humanidad. Fue un Quijote cabalgando; un Ghandi esperando; un Martin Luther King soñando; un Mandela reconciliando; un Juan Bosch enseñando; un Peña Gómez perdonando; un Duarte independizando; un Jesús transformando.
Gracias, Monseñor, por la palabra y el ejemplo que vivirá siempre en el corazón de los Líderes de Paz de Los Seres Sol.
La despedida a Monseñor Arnáiz sólo aumenta la crisis de liderazgo que existe en nuestro tiempo.
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