Ai Futaki, mensajes desde casa.
Fuente: diariodejerez.La artista japonesa, que cuenta con dos récords Guinness en apnea, busca espacios en Jerez y Cádiz para exponer sus espectaculares e impactantes fotografÃas subacuáticas La autora, que se considera una mensajera de los océanos, busca concienciar sobre la coexistencia en este planeta y que los humanos no somos los dueñosLleva el mar dentro. Debajo de agua, la vibración viaja cuatro veces más rápida. Las emociones también. Nacida en Kanazawa, ciudad también llamada el pequeño Kioto, a una hora de Tokio. Antes de tener memoria, ya nadaba. Asà se lo contaba su madre, pero sus primeros recuerdos del mar son El agua, un medio en el que se siente en casa. Imágenes de Ai Futaki, durante la entrevista. / "Al cabo de dos meses me dije que todavÃa era joven y que mi vida no podÃa terminar asÃ. No sé de dónde pero me vino una intuición, ¿Qué hago? Me preguntaba". Se marchó a Honduras y se inició entonces en el . Era el lugar más barato del mundo en ese momento para hacerlo. Allà fue para practicar además el español que ya sabÃa y que no querÃa perder. pero el , con el ruido y las burbujas, puedes observar cosas, filmar y fotografiar, Ya hay mucha gente que graba y hace fotografÃas, asà que yo me cuestionaba esto. Sin embargo, un amigo me propuso hacer apnea. Ese fue el momento decisivo. Todo se juntó y une sus manos con un ¡plaf!. Es mi propio pulmón, igual que las ballenas, los delfines... , algo que el tanque no me permitÃa". Ai explica que la apnea "no es competitiva, como mucha gente piensa. Al principio, para mis filmaciones, buscaba profesionales que hicieran apnea, los mejores... pero los peces se iban, no veÃa la conexión. No buscábamos lo mismo: Asà que de nuevo me hice preguntas: ¿Lo tengo que hacer sola? ¿Tengo que estar yo en el escenario?... Trato de no estar bajo agua el máximo de mi tiempo porque entonces luego en superficie la recuperación es más larga. Bajo menos tiempo, 1,30 o 2 minutos, pero más veces. Y llego a los 20-25 metros, hasta donde alcanza la luz del sol". Dice que en las inmersiones, "en el momento no Yo dejo mi Ai humana en tierra y cuando bajo me centro en el momento, Estoy en el momento. Es casi como una meditación. SÃ.". A veces, Ai baja sola, otras lo hace con un fotógrafo o un cámara. El mar siempre debe estar en calma. "Siento que tengo una gran capacidad de conectar con ellos mamÃferos marinos, sobre todo y eso es lo que me mueve. No sé por qué, pero siento que es mi misión. Hay una gran conexión. Siento que es algo que tengo que hacer. Soy una más de ellos. "Mi labor, mi mensaje, es la coexistencia en este planeta, Ese es el objetivo de mis trabajos, lo que quiero mostrar". Cuando Ai comenzó no existÃan tantas redes sociales, "y a la gente le daba un poco igual lo que yo querÃa hacer". Asà que para tener voz, sin ayuda de aletas, récord que conserva. También, el mismo dÃa logró el récord con aletas 100 metros, pero en ese ha sido superada. Ai estudió , es ha colaborado con la fotógrafa y con el diseñador Ha trabajado en documentales para canales como Discovery Channel o la televisión pública japonesa NHK. Además, ofrece charlas TED en las que llama a que los humanos “se reconecten con el agua”. Ha vivido en México, Cuba, también ha hecho apnea en Tailandia, entre otros muchos paÃses. que tenga en ese momento y de dónde , con los que siento más conexión". En España ha buceado de momento por las Islas Canarias, aunque le gustará probar otras zonas también. Tiene una , "pero uno de ellos serÃa ; y con la ballena azul, el animal más grande del planeta, con los pingüinos grandes... Uno de los paÃses que más me ha impresionado es Dominica no confundir con República Dominicana donde viven los cachalotes, el único sitio donde los identificaba por las colas. Digamos que pude tener una 'relación', una conversación, asà como que ya nos conocÃamos después de bajar varias veces. En una de las ocasiones, las madres se fueron muy profundo hasta 2.000 metros para cazar calamares gigantes. Allà permanecen unos 40-45 minutos. Las crÃas no podÃan bajar todavÃa tanto y se quedaron más en la superficie, y yo con ellas. En una de las interacciones, vi que ya se marchaban y pensé: pues mamá ya vuelve. . Me quedé parada como diciendo yo creo que calamares gigantes más bien no voy a comer rÃe. Y ya se fueron pero como diciendo, vale, no vienes, pero nos vemos pronto. Y no fue una 'conversación' que sintiera yo nada más; ahà estaba la cámara. De hecho, yo, que no podÃa nadar tan rápida como ellos ni estar tanto tiempo debajo de agua, me convertà en alguien a quien tenÃan que cuidar. Ellos bajaban la velocidad para estar conmigo. Si no hubieran querido se hubieran ido". Ai insiste en la concienciación Mis fotografÃas no tienen tÃtulo porque quiero que el espectador tenga su propia conversación con las obras y que les mueva algo dentro. Yo no tengo la respuesta, ni la solución, también busco; yo comparto lo que estos animales me transmiten debajo de agua. Se toca la barriga para recordarnos que venimos de "la madre-océano. Quizás yo en una vida anterior vivà bajo el mar. Hay que recordar además que nuestro cuerpo es más de un 60% lÃquido... Y aunque no podemos vivir debajo del agua, todos estamos conectados ya que sin el mar no podrÃamos respirar, comer... Creo que el mar lo llevamos dentro". Cree firmemente que todo tiene su espÃritu. Ai, buceando junto a una ballena. / "Fui poco a poco acercándome a él. Al principio toqué su cola, no hizo nada. Otro dÃa le di masajes en las patas, por encima, por debajo... Se quedó muy relajado y asà pude cogerle la mano'", cuenta. ¿No le dio miedo? En la naturaleza, siempre hay una señal antes de que suceda cualquier cosa. Los animales no comen todo el rato, como nosotros podemos hacer por placer. Ellos lo hacen para ganar energÃa. Obviamente, si veo peligro, me voy. Si fuera con esa actitud, con ese ego, yo Yo voy a casa de quien sea que vive ahà abajo y nunca les pierdo el respeto porque quiero que ellos me respeten también. Si quiero algo, yo haré primero". Ai reconoce que para no perder el centro hay que o, no olvidar nunca de dónde vienes. La naturaleza es uno de esos lugares en los que reencontrarse. "Y si no tienes la posibilidad de ir, pues a través de las fotos también puedes tener esa conexión", comenta Ai. "Todo está conectado, pero antes cada uno tiene que conectar consigo mismo". "Yo no soy fotógrafa de naturaleza. Lo que me interesa son las conexiones con los animales. No busco un enfoque perfecto. Cuando saco la foto es porque algo me dice que haga clic en ese momento, es algo que siento. Quiero mostrar esa conexión, porque la gente sabe que existen esos animales, pero no conectan con ellos. La artista japonesa, invitada por una amiga, ha visitado Jerez y Cádiz, localidades en las que ha tenido entrevistas con Diputación y la Delegación de Cultura del ayuntamiento jerezano con la intención de exponer sus obras en la provincia, en la sala Rivadavia en Cádiz y en los Claustros en Jerez. Exposiciones que serÃan benéficas, ya que las piezas serÃan donadas después a asociaciones de niños con enfermedades. Las imágenes que se podrán ver son fotografÃas realizadas tanto por la propia Ai, como por otros fotógrafos profesionales en algunas de las inmersiones de ella. "Estoy muy emocionada por poder traer mi trabajo aquÃ. Es todo un placer".
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